jueves, 21 de octubre de 2010

Dia de la Culo-tura Nazi-onal

"Venezuela y Cuba son cada vez más la misma cosa" Raúl Castro.
Bandera cubana ondeando en el aeropuerto de El Vigía, Mérida, Venezuela.


Entre las cosas que me ayudaron a sentirme menos extranjero en el complicado proceso de integrarme a Venezuela como uno más, la más importante fue el enorme aprecio que se les tenía a los de Cuba. En todas sus variaciones, como víctimas de un horrible sistema o como beneficiarios del mejor gobierno del continente, se nos recibía, quería y ayudaba.
El Ateneo de Caracas organizaba regularmente ciclos de cine cubano en la Sala Margot Benacerraf y charlas con poetas y ensayistas de allá, mientras el Teresa Carreño incluía en su programa a Jorge Luis Prats, Frank Fernández, Pablo Milanés y Chucho Valdés, mientras por otras vías llegaban Willie, Celia, Albita y La Sonora, a coincidir sobre el mismo escenario.
Caracas, para mis oídos asombrados, era una fiesta como el París de los años 20 lo fue para Hemingway.

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Hoy, 20 de octubre, se celebra el Día de la Cultura Cubana, por cumplirse 142 años de la creación del himno nacional. En Caracas han organizado un acto dentro del Fuerte Militar Tiuna, más alguna gala pendeja en el otrora respetable Teatro Teresa Carreño, hoy rebajado a sala de actos del partido de gobierno y espectáculos pseudo folkloristas. El público será, en el primero, soldaditos obligados, y en el segundo, gente arriada en autobuses a aplaudir un cuento que ni conocen ni les interesa.
En el Fuerte Militar proyectarán un biopic de José Martí, un hombrecito con úlceras en los tobillos que soñó un país fervientemente civilista. La cultura cubana de este medio siglo reciente ha sido un pulso fuerte entre civilidad y militarismo. Y a pesar del Ché Guevara y su abierta hostilidad hacia los intelectuales y los maricones, a pesar de Papito Serguera y la veneración de Norberto Fuentes hacia los militares fálicos, y La Fílmica de las FAR y la UMAP y tanto guajiro con grados poniendo la pistola y los cojones sobre la mesa, porque así es como se trata con esta gente, se logró construir un arte de civiles.
Hoy, los nuevos revolucionarios de blackberry y cuenta en paraísos fiscales, a cambio de regalarle a Fidel un petróleo que no es de ellos, han adquirido los derechos de la vapuleada y sobreviviente cultura cubana y la exhiben como cabeza de animal disecado en sus saraos.
A los de allá qué les importa: un día más en el poder no tiene precio. Lo demás, la dignidad y esas tonterías,  vendrán algún día, supongo que con Master Card.  


1 comentario:

  1. Po sip querido amigo ni modo ,ajo y agua( a joderse y aguantarse) como decimos en sevilla.....Me

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